Esta semana se ha firmado el acuerdo entre la Diputación Foral de Álava y la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) para impulsar el nuevo Grado de Ingeniería en Automoción que se inicia este mismo curso en la Escuela Universitaria de Ingeniería de la UPV/EHU en el Campus de Álava.
Según ambas partes esta iniciativa surge de la colaboración con empresas del sector y pretende ofrecer una formación directamente orientada a la demanda actual de la industria vasca donde la automoción es, sin duda, un factor clave de su estructura económica industrial.
La nueva formación se plantea en formato dual de modo que los estudiantes compaginan los dos últimos cursos de la titulación con prácticas en empresas y se diseña con un enfoque innovador vinculado a las tecnologías de la industria 4.0.
A lo largo de los cursos de este nuevo Grado los futuros ingenieros desarrollarán capacidades científico-tecnológicas directamente vinculadas con el sector de automoción lo que redundará en un beneficio directo tanto para los estudiantes como para las empresas ya que la brecha entre lo que las empresas demandan y los centros de formación ofrecen se verá reducida gracias a la implicación de todos los agentes en el diseño de los contenidos que los estudiantes conocerán a lo largo del Grado.
El nuevo Grado ha tenido una muy buena acogida por parte de los estudiantes y ya son 150 las preinscripciones en Euskadi para las 40 plazas ofertadas este curso.
El acuerdo también conlleva una inyección económica de 150.000 euros por parte de la Diputación Foral de Álava en 2017, y de 200.000 euros para 2018, que se destinarán a la adquisición de equipamiento, como un banco de ensayo de motores térmicos, una línea taller de producción, un equipo de control de calidad con visión artificial y un software para la simulación en 3D.
Desde Hemendik hemos querido resaltar esta noticia como buen ejemplo de lo que los centros de formación deben esforzarse por lograr, que es, sin duda, conseguir que sus alumnos salgan al mercado laboral con todas aquellas competencias que les van a demandar las empresas. Este “gap” entre formación y mercado laboral que se viene dando desde hace muchos años puede superarse si los agentes implicados, incluidos instituciones públicas, hacen el esfuerzo que se merece la formación de nuestros jóvenes ya que no solo es el futuro de estos jóvenes lo que está en juego sino el de todos los demás. De los que formemos hoy dependerá nuestra economía de mañana.